Nuestro querido Gilbert ha volado libre de todo peso material a los brazos de la Belleza, el Amor y la Poesía, a los brazos de la Sabiduría, donde pertenece. Doy gracias a Dios por haberle puesto en mi vida. Sé que no olvidará nuestra amistad. Ahora ebrio de Amor, por fin descansa; ha librado una larga batalla, pobrecito amigo mío; disfruta de la presencia que siempre sentiste y buscaste a cada paso de tu camino en la Tierra. Te recordaré con todo mi corazón hasta que volvamos a encontrarnos y recordar tus palabras, pero sobre todo, tu amable sonrisa. Mi querido amigo, que descanses en la gloria de Dios con tus seres queridos para siempre. El primero de mayo será su día en mi corazón. Se ha ido al cielo en el mes de las flores. — ANTONIO AGUIRRE SALAMERO,
autor de Cuando la lluvia venga
autor de Cuando la lluvia venga